Como se puede calificar lo peor? Unos propietarios que sólo quieren atender a quien a ellos les interesa. Aquien les deje más negocio. Yo, que he llegado sólo, a la hora indicada por ellos en su horario de atención, se negaron a atenderme, ni siquiera a que me sentara en una mesa, a pesar de que hubiera mas de 12 mesas al exterior todas vacias menos una, y otras tantas en el interior. Tambien vacias. Sin contestarme a cualquier pregunta que les hice. Despues de 25 min. De espera y de entrat en la cocina pata recibir una explicacion, me dijo, el supuesto propietario, que no me atendía, porque tenia mucho trabajo, con mas de 100 sillas vacias. Lo unico que le oí, en los 20 min. Que esperé, es despotricar contra los clientes que venian del restaurante de al lado, cuando estaba lleno. A este señor deberian quitarle la licencia, porque solo atiende, si son 4 o mas personas juntas las que solicitan comer. Impresentable.

Geweldige locatie en uitstekend verse vis gegeten op de bbq met heerlijke tomaten en uien. Als je op het einde de rekening krijgt dan eindigt een geweldige middag met een glimlach.

Wir waren 2 mal innerhalb einer Woche dort. Wir haben sehr leckere gegrillte Goldbrasse gegessen, der Wein war auch gut. Es ist eine ältere Strandbar, die von älteren Personen bewirtschaftet wird. Wir wurden sehr freundlich bedient, fanden es sauber und ganz gut unterhalten. Wir haben uns bewusst für das einfachste Restaurant am Strand entschieden und wurden nicht enttäuscht. Wir können es nur empfehlen!

Un encanto especial. La comida muy buena, la atención maravillosa

que pena de bar con el espectacular lugar que tienen y este señor esta cada vez mas insorportable, no lo recomiendo, te habla muy desagrable yo le recomenaria que se jubilara ya y dejara ese lugar para otras personas que atendieran mejor y disfrutar del paisaje y de la comida portuguesa

Lamentable. Después de 42 años viajando por Portugal el sitio más cutre a nivel suciedad y abandono de todos los restaurantes, bares y tascos que he tenido la oportunidad de conocer en Portugal. A nivel comida, un bacalao a la brasa vergonzoso, de mala calidad y mal elaborado. Una cosa es que sea un chiringuito de playa y otra que sea un cubículo lleno de moscas, a finales de octubre. El propietario, cocinero, camarero y todo lo demás, grosero y desagradable, la antítesis de los portugueses en general.

muy malo, muy mal atendido, todo en b. la comida rica pueden ver factura que es muy cara parece de 5 * y solo tiene 1* por la comida. Eso si nos reímos mucho, echamos un buen día en Portugal.

Queríamos pescado a la brasa en un sitio rústico y acertamos.

Una mala experiencia. sin servicio. Con una sola persona atendiendo. Maleducado y apestando. No acudir. Lo agradeceran

No nos gustó nada, dueño muy desagradable con los adultos y con los niños muy mal. Hicimos un comentario sobre los precios de la carta y el dueño de mala manera nos quitó los manteles y nos dijo que para comer barato que nos fueramos a Ayamonte. Hombre con muy poca educación. No me extraña que estuvieran los demas restaurantes completos y el suyo vacio. Nos fuimos a uno que estaba mas abajo y comimos mejor y mas económico. Y con más EDUCACIÓN.

Ubicación excelente. Comida casera. Carta pequeña con pescados de calidad y bien hechos al carbón, buen arroz y otros platos típicos. Propietario con mucho carácter, pero entrañable cuando está de buenas. No recomendable para grupos grandes o familias con niños.

Pescado a la brasa muy rico, coquinas espectaculares. Hay que ir sin prisas. Es un restaurante con mucho encanto y vistas al mar. Lo lleva un matrimonio y el humor de él hay que entenderlo. Es la tercera vez que voy y, aunque una vez no recibí un trato correcto, no dejaré de ir.

Restaurante con encanto, muy sencillo como a mí me gustan! Comida típica de Portugal, pescados y carnes a la brasa, arroz con mariscos, almejas, ensaladas de atún y revuelto con bacalao, todo todo muy sabroso! Buen ambiente, tranquilo y relajante, con unas espectaculares vistas hacía la desembocadura del rio Guadiana hacía el mar, justo al frente de Isla Cristina, playa Canela, Ayamonte, España! En ésta época del año es perfecto ir, es temporada baja y hay poco turismo, hace buen clima y la atención es casi personalizada. El dueño es un señor de mucha edad, con nosotros fue atento y amable, su esposa es quien lleva la cocina, es ella la responsable de que toda la comida salga tan sabrosa! Si deseas tanto como yo ir a un Restaurante tradicional, típico, sencillo y pintoresco de ésta zona de Portugal, te lo recomiendo con los ojos cerrados, me encantó y estoy loca por volver! Vuelvo a recalcar, es un Restaurante muy sencillo, con decoración básica también pero con muy buena sazón en todos sus platos! Comida totalmente tradicional!

Es un Restaurante muy sencillo y pintoresco, con comida tradicional, totalmente típica de Portugal y sobre todo de la zona costera...pescado y mariscos; los arroces son sabrosisimos, las ensaladas ni te cuento de lo ricas que están, productos de la zona y de muy buena calidad. Buen ambiente, decoración básica y sencilla, típica de los restaurante de playa de antes, regentado por un señor que imagino que de joven sería pescador... Antonio es un señor muy sencillo, es quien te recibe, él nos atendió con amabilidad y educación, su esposa, una mujer igual de mayor que él, es quien lleva la cocina, ella es la que hace magia con los sabrosos platos que prepara. El restaurante cuenta con dos ambientes, la estupenda y sencilla terraza, que cuenta con unas extraordinarias vistas hacia la desembocadura del rio hacia el mar, perfecta ubicación, su sencillez hace de éste restaurante un lugar único y relajante aparte de inolvidable. Todo fluyo perfectamente...hasta el cafecito para terminar la maravillosa velada entre amigos. En ésta época es una maravillosa oportunidad para visitarlo, no hay mucha gente y la que hay no es pertubadora como lo pudiese ser en plenas vacaciones de agosto. Los precios están acorde a su estilo y relación calidad/precio. Buenas raciones/cantidades! El arroz con mariscos para dos rindió para cuatro! Lo recomiendo.

Pintoresco restaurante a orillas de la desembocadura del Guadiana, (difícil de encontrar si no vas acompañado de alguien que frecuente el sitio ) el tiempo se ha detenido allí, el lugar, las mesas, el local, el propietario, ... Vistas espectaculares , la tranquilidad envuelve el ambiente. Comida típica portuguesa y sabores exquisitos, arroces, mariscos, carnes y una excelente tarta de almendras caseras que acompaño el café de sobremesa. Trato agradable y precios razonables.

Lo mejor: el pescado al carbón.

Lugar anclado en los años 70, con inmejorable pescado al carbón y trato correctisimo del matrimonio que atiende cocina, toma los pedidos, cobra... (los 2 solos, sin nadie mas). El único pero es que no se puede llevar prisa y que hay que reservar ya que cuando notan que no van a poder servir más mesas a la vez, aunque tengan mesas libres dejan de sentar a más clientes.

Cocina auténticamente casera. Amabilisimos

Acaban de echarnos de este impresentable lugar. El dueño de muy malas maneras nos dice que no le sale rentable que pidamos una ración de sardinas y otra de pollo asado...Qué pena...sin más explicaciones me retira la carta y me dice que me vaya...íbamos con mi hija de dos añitos...JAMÁS VOLVEREMOS!!!

Ya habiamos estado otra vez y todo había ido bien, pero hoy he vuelto con la familia y el dueño no ha estado muy agradable, no ha querido ponernos platos limpios para el arroz, el arroz que ha sobrado nos lo ha puesto para llevar de mala gana y ha tenido una discusión con otros comensales que se han marchado sin comer. La comida rica, pero también hay que saber tratar a la gente. No tiene prácticamente nada de la carta

Nem me foi permitida a entrada no local! 14horas, mesas ocupadas por meia duzia de pessoas, grelhador a ser carregado e após o minhas cordiais " Boa tarde" de imediato tenho a resposta entre dentes "Já não servimos almoços! " Agradeci comentando que da próxima teria de vir mais cedo e ainda ouvi entre resmungos " Se quiser venha..." Dirigi-me ao restaurante do lado, cheio, onde me pediram para aguardar vez enquanto me serviram um aperitivo... E lá almocei muito bem tratando-me com toda a deferência e simpatia... Outro mundo. !!! D. António, passe bem !!! A não voltar, nunca mais...

Para comer un buen arroz de marisco, disfrutar de las vistas y la tranquilidad

Toeristenprijzen maar geweldige locatie en erg lekker

Muy antipático el dueño. Pasa a tu lado y no te pregunta, te diriges a él y responde de mala gana. Con otros clientes ya sentados en la mesa les dice que no les da de comer que tiene mucha gente. Casi todas las mesas vacías, pero sólo dos personas para atender. Le preguntamos si podemos comer y sin mirarte ni parar de hacer sus cosas te dice algo incomprensible pero más o menos entendible. Nos vamos muy decepcionados con el trato a pesar de tener referencias de un buen arroz. Que lo pruebe otro que no le importe la antipatía.

El sitio espectacular con encanto.....hay que venir sin prisas, todo lo lleva un matrimonio lugareño y encantador.

Unas sardinas y unas vistas maravillosas, una delicia

Magnífica velada, me identifico con este abuelete, el dueño, no le gustan la gente impaciente, para ir a casa Antonio no sé puede tener prisas, no es cuestión de dinero, es una cuestión de comer bien o no comer bien.

Un trato excepcional, no os perdáis el arroz de marisco.